Para los profesionales de la salud la protección de la misma, es un derecho y parte de un ejercicio de responsabilidad individual y colectiva. Para asumir ésta responsabilidad, resulta indispensable difundir, la importancia del lavado de manos, la limpieza y desinfección necesaria de las áreas de trabajo, así como una adecuada higiene individual. El uso de mascarillas en el personal de salud es común, debido a que se utiliza en diversos procedimientos, tanto clínicos como quirúrgicos, el uso adecuado de las mascarillas, es sin discusión, un factor importante para garantizar la seguridad; al paciente, a los profesionales de la salud y a los trabajadores, para así contener la propagación de diferentes enfermedades infecciosas. En México, la ley general de salud en su artículo 3ro, en sus fracciones XVII y XV dispone las definiciones, estrategias de prevención y control de enfermedades transmisibles y la protección contra los efectos nocivos del ambiente.
Las mascarillas o cubrebocas, a pesar de estar presentes constantemente en el ambiente hospitalario, no siempre son utilizados de forma correcta: cubriendo nariz y boca y ajustado de forma que exista un mínimo espacio entre la cara y la mascarilla, evitando tocarlo y desecharlo ante cualquier signo de humedad, desgarro o después de visitar al paciente.
Las mascarillas o cubrebocas, deben aprobar de acuerdo a su grado de protección los requisitos básicos de seguridad estandarizados de la EN149: FFP1, FFP2 y FFP3, siendo ésta última el nivel de máxima protección.La selección de la mascarilla está en función de la toxicidad o peligrosidad del material, de la concentración ambiental y del tiempo de exposición.
Seguridad hospitalaria.
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