Ondas de choque y veterinaria.

La terapia con ondas de choque presenta un auge en seres humanos, pero también se ha demostrado utilidad en veterinaria.
En perros, la tendinopatía del supraespinoso y la del bíceps es la causa más común de cojera en perros de raza grande, tradicionalmente se tratan con inmovilización y terapia convencional y en algunos casos con cirugía. En perros con lesiones unilaterales o bilaterales y que por resonancia magnética se han documentado lesiones moderadas y graves, después de recibir  tratamiento con ondas de choque se ha encontrado una mejoría superior en los estudios de control y la función de la marcha que en aquellos perros tratados de forma convencional. Estos resultados se han obtenido en series pequeñas de pacientes por lo que se requiere un mayor número de estudios a considerar.

 
En caballos, para el síndrome del navicular en los que la marcha se ve afectada por el imbalance en la descarga de peso, el tratamiento convencional incluye la administración sistémica de anti-inflamatorios, hemorreológicos y reposo. Las infiltraciones son realizadas cuando el tratamiento inicial falla y la terapia física no ha mostrado buenos resultados y el tratamiento quirúrgico no siempre tiene una adecuada recuperación funcional. Se ha utilizado el tratamiento con ondas de choque cuando la patología tiene un inicio reciente como coadyuvante en el tratamiento conservador y siempre que no sean evidentes cambios degenerativos graves en la articulación. En la desmitis degenerativa del ligamento suspensorio, el tratamiento con ondas de choque radiales y el reposo reportan un beneficio exitoso a largo plazo con retorno completo a actividades en caballos de carrera o salto. El tratamiento con ondas de choque, no exenta la recurrencia de ninguna de estas dos patologías.
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