Blog

Rehabilitación en el cáncer de mama

Una de las complicaciones más comunes de la resección mamaria en pacientes con cáncer es la presencia de linfedema en la extremidad superior y el tórax. Tradicionalmente, el masaje manual y los vendajes de compresión son el tratamiento conservador de mayor difusión y procedimientos como la liposucción se utilizan en menor medida cuando las intervenciones conservadoras no resuelven la problemática estética y funcional. Tratamos de encontrar las mejores recomendaciones con evidencia científica.
Existen dos criterios para evaluar el linfedema: La medición de circunferencia por referencia anatómica y la evaluación del tejido subcutáneo por ultrasonografía, es esta segunda opción el actual referente para determinar la eficacia de cualquier método de tratamiento dado que es un método de imagen disponible en cualquier centro hospitalario a diferencia de los recursos en equipo para medir impedanciometría.
En cuanto a los tratamientos, no existen diferencias significativas entre el drenaje manual por masaje y los ciclos de compresión o presoterapia neumática, sobre todo cuando se usa a presiones bajas, las presiones que pudieran tener repercusión en la disminución de volumen son superiores a los 40-60mmHg.
En cuanto a las prendas compresivas, no parecen existir diferencias significativas entre los vendajes elásticos de multicapa (vendas) contra las prendas prefabricadas de una sola capa. Sin embargo, es recomendable que al reducirse el linfedema de manera más significativa durante las primeras sesiones del tratamiento, las prendas compresivas se utilicen desde el día 1 de la terapia. Hoy día, la oscilación profunda y su capacidad de alcanzar hasta 8cm de profundidad en todos los tejidos y siendo una modalidad no traumática y no invasiva, puede utilizarse en la prevención y reducción del linfedema primario y secundario, reducción del proceso fibróticoen las heridas.
Karafa et al. Lymphology. 2018;51(1):28-37
Uzkezer et al. Breast Cancer. 2015 May;22(3):300-7
Gurdal et al. Lymphat Res Biol. 2012 Sep;10(3):129-35
Boisnic Eur J Dermatol. 2013 Jan-Feb;23(1):59-63

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *